• Distintas empresas, en la industria textil, innovan para bajar su impacto ambiental y mejorar sus ganancias. Ikea y Nike, entre las que apuntan a reducir el consumo de agua.
  • La tendencia actual demanda sostenibilidad en los productos, lo que invita a las marcas a explorar en la economía circular.
  • Reutilizar y reciclar son conceptos que toman fuerza. Así pues, desde el cultivo de materias primas hasta la tienda, toda la industria busca la moda sostenible.

Palabras clave: moda sostenible, industria textil, innovación, sostenibilidad.

VIPO GROUP

Es importante conocer cómo la sostenibilidad está impactando la forma de producción y consumo en el mundo. Tan solo en Europa se generan unos 16 millones de toneladas de residuos en la industria textil. Lo preocupante es que la mayoría acaban incinerados o en vertederos, sin embargo, estos podrían tener un nuevo uso.

Empresas como Resyntex, compañía que recicla unas 100 toneladas de residuos textiles al año, muestran que la sostenibilidad es posible. Con presencia en diez países, Resyntex se enfoca en un modelo de economía circular. Los técnicos explican que la economía circular se basa en tres R: reducir, reusar y reciclar.

Así pues, Resyntex aplica procesos químicos e industriales, a los residuos textiles, para obtener nuevos materiales. Luego, dichos materiales se usan para fabricar adhesivos para maderas o fibras celulosas para la producción de bioetanol. Además, obtienen poliamida y poliéster (PET), que se usa en la producción de botellas plásticas. 

La innovación de esta empresa apunta a una cadena de valor completa, basada en los residuos de la industria textil. De esta forma ayudan a alcanzar una moda sostenible.

Menos contaminación

Otra innovación exitosa en la industria textil es resaltada por el Foro Económico Mundial. Se trata de la compañía DyeCoo de Holanda. Esta creó un proceso de teñido de textiles que no utiliza agua ni otros productos químicos más que las tinturas.

Para tinturar, DyeCoo aplica dióxido de carbono muy presurizado: “Disuelve la tintura para que penetre hasta lo profundo de la tela. El dióxido de carbono se evapora, luego se recicla y se vuelve a utilizar”, indican los expertos.

Incluso, como la tela no necesita secarse, el proceso es más rápido, consume menos energía y su costo es menor. No hace falta ser un técnico para notar que esta innovación es una muestra de economía circular.

Por lo anterior, la compañía ya tiene alianzas con grandes marcas como Nike e Ikea. Esto es importante, porque el 20 % de la contaminación industrial del agua resulta del tintado y los acabados de la ropa.

Ventas sostenibles

Un tercer ejemplo de sostenibilidad se ve en tiendas de moda que usan inteligencia artificial. Hablamos de la tecnología VIPO, que con pantallas interactivas en las tiendas guía al cliente para comprar. Esa interacción genera datos que permiten saber cuántas prendas se necesitan por talla y qué tipo de prendas, entre otros.

Dicho de otra manera, VIPO puede predecir la demanda y garantizar que las prendas tengan mayores posibilidades de ser compradas. En consecuencia, esta innovación evita que mucha ropa acabe incinerada o bajo tierra. Así pues, se reducen los saldos, se optimizan procesos y la industria textil gana en sostenibilidad.

Consciencia colectiva

Según Textile Exchange (2017), el 24 % de las empresas de moda implementan políticas deeconomía circular sobre las materias primas. Además, el 57% se encuentran en proceso de hacerlo. Por lo tanto, “la sostenibilidad será el centro de innovación en la industria de la moda en los próximos años”, destaca McKinsey.

Sin embargo, el aporte de las empresas no será suficiente, puesto que los clientes también deben tomar consciencia. Una investigación de la Universidad Complutense de Madrid muestra que precio, calidad y marca son lo más valorado al comprar. Mientras tanto, el atributo menos valorado es que la prenda sea sostenible.

Entre los encuestados en el estudio, el 75 % afirma no haber adquirido nunca una prenda de moda sostenible. A la vez, solo el 10 % se declara capacitado para reconocer cuándo una prenda es sostenible. Esto demuestran que aún queda camino para que la economía circular entre en la consciencia colectiva. 

Disponer la ropa vieja en los contenedores adecuados o verificar si las prendas cuentan con etiquetas de sostenibilidad, podría ayudar. Son acciones sencillas que no cuestan mucho, pero sí que aportan para reducir el impacto ambiental de la industria textil.

Felipe Motoa Franco
Communications expert – CRM TEAM
VIPO Group